Como venimos comentando todo este tiempo en el blog, el oídio es una enfermedad fúngica muy común en los cultivos hortícolas tales como calabacín, guisante, judía o pimiento (entre otros muchos). No es tan normal encontrarla en tomate pero el pasado lunes nos encontramos con esta sorpresa non grata.
Podemos distinguir una especie de polvillo blanco en la nervadura de la hoja, pues eso que observamos se trata de las esporas del oídio. Se propagan por el viento, cayendo en las hojas y dando lugar a su posterior multiplicación por el resto de la planta.
Como ya sabéis, la humedad en el suelo y en el ambiente del invernadero junto a temperaturas más o menos elevadas son las circunstancias idóneas para que se desarrolle nuestro "amigo fúngico".
TRATAMIENTO
Podemos realizar un tratamiento con Topas (penconazol 10%).
Dosis: 0.03-0.04%.
P.S (plazo de seguridad): 3 días.
Dosis máxima: 0.5 l/ha, 2 aplicaciones por campaña con un intervalo de aplicación de 8 días.
Información obtenida de http://www.mapama.gob.es/